Asturias es hermosaaaaaaaaa!!!!

Hola ya estoy de vuelta si, en todos los sentidos, de vuelta de viaje y de vuelta en el blog. Debo admitir que después de las minivacaciones del fin de semana, me ha costado mucho volver a la rutina, además el martes quede con amigos y para más ayer jugaba el Barça y me fui a verlo. Asique aquí me tienen contando mi finde a dia Jueves, tarde pero seguro estimados lectores, jajaja!!!!

En mi familia hay una parte de influencia española y otra italiana. En mis recuerdos de pequeña, todo lo que tenia que ver con lo italiano no me llamaba mucho la atención quizá porque mi padre, italiano de nacimiento, hacia constante incapie en su tierra, y todos mis tíos iban y venían a Italia bastante seguido, osea fotos recientes a montones y en cuanto a música italiana los domingos sonaba desde que me levantaba "La hora Italiana". Eso quizá hizo que Italia no fuera uno de mis destinos principales de viaje, por eso en mis primeras vacaciones sola y fuera de Argentina mi destino fue España. Anduve por muchas ciudades y me enamoré de esta tierra, en otro post ya les contaré con más detalle, pero cuando decía las ciudades que había visitado todo el mundo me preguntaba ¿Pero no conoces el Norte? Y yo no todavía no.

Pero llegó el momento y el sábado partimos a Mieres, Asturias, a festejar el cumple de mi niño. Nos recibió en el aeropuerto de Asturias además de la mamá y el papá de Ivan un día estupendo de sol. Después de las presentaciones pertinentes nos dispusimos a coger el coche con dirección Mieres. Durante todo el viaje mi cabeza no hacía otra cosa que girar de derecha a izquierda observando el paisaje, era un espectacular degrade de verdes desde el más intenso al más cercano al amarillo, y en medio de semejante paleta de colores casas blancas con techos rojos y como si estuvieran perdidos en el paisaje pequeños riachos. Un espectáculo natural increíble. A mi comentario " que hermoso paisaje!!!" Susi la mamá de Ivan me dijo " si pero la verdad que como no llovió mucho esta bastante amarillento..." Yo no salia de mi asombro, el paisaje era maravilloso.

Al llegar a Mieres después de presentarme al resto de la familia y charlotear un rato con todos nos fuimos a tomar unos vinitos a las vinotecas que hay por el centro, me resultó particularmente atractivo, sobre la calle peatonal en dos calles había 3 vinotecas. Pregunté si era que había mucho vino en esa zona, tenía entendido que no, que el fuerte de la zona es la sidra, pero... preguntando se llega a Roma dicen, porque me iba a quedar con la duda no? La verdad es que las tres vinotecas estaban a rebosar de gente, padres y madres con sus peques jugando en la vereda mientras ellos, bebían de parado, sobre barriles que hacían las veces de barra de apoyo, sus copas de vino. El plan era tomarnos una copa de vino, con tapa incluida, en cada una de las vinotecas. Mi mayor sorpresa fue cuando me dijeron lo que habíamos gastado en tres copas de vino, creo que acá en Barcelona no llegábamos a pagar una. Y eso que el vino era un Rioja. Así se sucedieron las tres vinotecas una más guapa que la otra, y en todas se respiraba ese aire que flota cuando la gente disfruta de su tiempo libre entre amigos y lo hace pausadamente, relajados, conversando con unos y otros. Ese aire que se respira en las pequeñas ciudades donde todos se conocen y sobre todo donde nadie lleva prisas.

Luego de vuelta en casa a disfrutar de la comida casera que había preparado la mami de Ivan, comer el pastel del cumple, abrir los regalos del niño y luego al siesta obligada. El viernes había salido a cenar con unos amigos en Barna y no había dormido nada, pero nada ni una hora; estaba agotada y a la noche nos esperaba el festejo en Oviedo.

De camino a Oviedo había comenzado a llover. Es una ciudad guapisima muy señorial, muy LIMPIA, increíblemente limpia. Al llegar a casa de la amiga de Ivan, que queda en el centro, me sorprendió que a pesar de la llovizna molesta, a mi entender, todo el mundo estuviera en la puerta de los bares y vinotecas como si la noche estuviera despejada. Se lo comenté a Ivan y el me dijo que claro que allí llovía mucho y que si la gente se quedaba en casa cada vez que llovía nadie saldría de casa... Los amigos de Ivan super majos, gente que no conocía de nada y me han tratado genial como si nos conociéramos de siempre.

Fuimos a una arrocería, "La Más Barata" comimos genial, obviamente arroz, el que me gustó más era uno con setas y queso parmesano, un manjar, no faltó el arroz con bogavante y el arroz negro. Todo acompañado de buen vino. El postre, fue la sorpresa para Ivan en un momento se apagaron todas las luces del lugar y trajeron la tarta, todo el restaurante, la gente que no conocíamos también, le cantamos el Feliz Cumpleaños... El pobre no sabía donde meterse... Después del café, los chupitos y demás nos fuimos a bailar.

La primera disco a la que fuimos, Q, es un lugar muy guapo. La gente allí se arregla mucho para salir no como acá en Barcelona, bueno a decir verdad me dio la sensación que se arreglan en general más que acá. Después fuimos a una disco de música española y luego a La Santa Sebe, una disco con mucha gente, toda muy divertida y bailando a lo loco. Allí nos encontramos con los hermanos de Ivan y otros amigos. Bailamos como hasta las 6 de la mañana que cerraron el lugar. Asique a esa hora de vuelta a casa, muerta de sueño y cansancio, pero feliz de la velada que habíamos pasado, realmente encantadora.

El domingo como era lógico dormimos hasta tarde, después de comer un pulpo a la gallega exquisito preparado por el padre de Ivan, a la tarde nos fuimos otra vez de vinos por Mieres. Disfrutando de amigos y paseando bajo la lluvia que parecía que no querer irse.

El lunes después de preparar la maleta para volver, nos fuimos a Oviedo a ver a la gente que trabaja en la sucursal de la pelu que hay allá. Así pude disfrutar, bajo la lluvia claro, la hermosa ciudad de Oviedo de día. Es super señorial, estaba aún más limpia de lo que se ve de noche. Me quede enamorada de las casas, las tiendas, y de la gente, muy simpática y agradable.

Volvimos a comer la fabada que había preparado Susi, que por cierto estaba espectacular, no había comido nunca, y me encantó. Después de comer fuimos a dar el ultimo paseo, aún llovía, para comprar cosas que quería traer de regalo. Nos acompañaron al aeropuerto y de vuelta a casa.

Como verán disfrute mucho de la familia de Ivan, ya que eso vivendo lejos es lo que más se hecha de menos, la compañia, la buena comida y porque no decirlo las atenciones. Se han acabado las mini-vacaciones pero me quedé encantada y con muchas ganas de repetir eso si, con más días y menos lluvia...